Existen diversas formas de amor: El
amor verdadero es el que sentimos hacia aquellas personas con las que
permanecemos unidos y de las que estamos enamorados, a las que queremos por lo
que son y que no cambiaremos por nada. El amor platónico surge cuando
nos enamoramos de personas con las que no podemos estar unidos por diversas
razones. El amor falso significa tener vínculos con personas a las que
no amamos o no compartimos una verdadera conexión.
Cuando en un consumidor confluyen
las dimensiones de lealtad, afecto y compras recurrentes, hablamos de la verdadera
lealtad hacia la marca. Aquellas marcas se compran varias veces porque
satisfacen dos tipos de necesidades del cliente: funcionales y emocionales lo
que es el amor verdadero según el planteamiento anterior. La lealtad de los
clientes hacia Apple va más allá de simplemente comprar sus productos; se basa
en una conexión emocional profunda y duradera. Los clientes de Apple a menudo
se identifican fuertemente con la marca y están dispuestos a pagar un precio
premium por sus productos debido a la confianza en la calidad, el diseño y la
innovación que ofrece la marca. Estos clientes no solo eligen comprar productos
de Apple una vez, sino que vuelven a hacerlo una y otra vez a lo largo del
tiempo. Gestionar el amor verdadero hacia una marca implica enfocarse en
cultivar una conexión genuina y duradera con los clientes. Esto se logra
ofreciendo productos y servicios de alta calidad, brindando una experiencia
excepcional al cliente ya sea en puntos físicos o en puntos digitales y
comunicando claramente los valores y la identidad de la marca.
El concepto de "amor
platónico" se refiere a una conexión emocional o admiración que los
consumidores pueden sentir hacia una marca, pero que no significa
necesariamente en una relación de consumo directa o en compras recurrentes. Es
decir, los consumidores pueden sentir una atracción o afecto hacia la marca,
pero debido a diversas razones, como limitaciones financieras, o acceso
limitado, no pueden comprometerse plenamente a comprar sus productos o
servicios de manera regular. Un ejemplo de amor platónico hacia una marca
podría ser una persona que admira profundamente el diseño y la innovación de
los productos de una marca de lujo, pero debido a restricciones financieras,
nunca ha podido permitirse comprar uno de sus productos.
A pesar de no convertirse en un
cliente directo, esta persona sigue siendo un seguidor leal de la marca y puede
participar en actividades como seguir sus cuentas en redes sociales, leer sobre
sus lanzamientos de productos o recomendar la marca a otros. En este punto es
importante crear un deseo hacia la marca, incluso si los clientes no pueden
acceder a ella en el momento presente. Esto se puede lograr a través de la
organización de eventos o actividades que permitan a los consumidores
interactuar con la marca de manera significativa y memorable, también se puede
ofrecer programas de fidelización o beneficios exclusivos para los seguidores
de la marca, incluso si no pueden comprar sus productos en el momento, esto
puede incluir acceso anticipado a lanzamientos de productos, descuentos
especiales o eventos exclusivos para miembros
La "falsa lealtad"
se refiere a una aparente lealtad por parte de los consumidores que en realidad
no está fundamentada en una conexión emocional genuina o en una preferencia
real por la marca. La falsa lealtad se da cuando un consumidor compra
repetidamente productos de una marca específica debido a que es la opción más
fácil de adquirir en su área local, pero en realidad no está satisfecho con la
calidad o el servicio de esa marca. En este caso, la lealtad del consumidor no
está arraigada en una preferencia genuina por la marca, sino más bien en la
falta de opciones o en la comodidad de seguir comprando lo mismo. Aquí es
importante Identificar y abordar las áreas problemáticas en la experiencia del
cliente para mejorar la satisfacción y retener a los clientes por razones
genuinas, ofrecer incentivos y recompensas que fomenten una lealtad auténtica
basada en la calidad del producto y la experiencia del cliente en lugar de solo
beneficios superficiales
Así como en las relaciones
personales, la conexión con una marca debe trabajarse de manera genuina para
construir una verdadera lealtad. Esto implica ir más allá de solo vender
productos; se trata de crear experiencias significativas, mantener una comunicación
clara de los valores de la marca y satisfacer tanto las necesidades funcionales
como emocionales del cliente. Una lealtad auténtica se logra cuando los
clientes sienten una conexión profunda y duradera, eligiendo la marca no solo
por conveniencia, sino por afinidad y confianza.
¡Hasta pronto!