Empecemos
por transformación, un sustantivo que proviene del verbo “transformar” y cuya
definición según Wikipedia es: “Acción o proceso mediante el cual algo se
modifica, altera o cambia de forma manteniendo su identidad”.
En mi opinión,
la transformación digital consiste en implementar nuevas tecnologías digitales como herramientas para facilitar y
agilizar las tareas convencionales de una empresa, consiguiendo mejorar la
eficiencia y los resultados. También entiendo que, dependiendo del tipo de
negocio, tendremos que aplicar unos métodos u otros durante el proceso.
Pensemos que no es lo mismo aplicar el proceso
de transformación digital a un negocio físico offline (por ejemplo, en una tienda de barrio)
que aplicarlo en una gran empresa de las que llevan toda la vida
funcionando y ya tiene sus
procedimientos muy marcados.
No
obstante, lo que de verdad debemos tener en cuenta es que la transformación
digital va mucho más allá de implementar
una herramienta de gestión para una tarea que antes se realizaba offline. En
lugar de ello, implica también un cambio de mentalidad por parte del personal
de la empresa y en la forma en la que se realizan las tareas.
Actualmente,
el negocio que no se transforma está condenado a morir antes o después. Hace un
par de años, se hablaba de la transformación digital como una opción para
mejorar la productividad, la eficiencia, y, finalmente, la facturación. Pero
actualmente ya no es una opción y todos los negocios que quieran perdurar deben
“cambiar el chip” y adaptarse a los avances tecnológicos y digitales. Entiendo que
la transformación digital es un reto, pero las ventajas de la digitalización
superan con mucho a los inconvenientes del proceso.
Trabajadores más contentos y cómodos: Las automatizaciones
y la mejora de los procesos hacen que los trabajadores sean mucho más
productivos y trabajen más a gusto.
Mejora de la rentabilidad y la eficiencia: La
optimización de procesos provoca que las tareas se realicen de forma más
efectiva y rápida, consiguiendo incluso minimizar costos.
Mejora de la experiencia del cliente:
Muchas de las medidas que se implementan en un proceso de transformación
digital están pensadas para ofrecer un
mejor servicio.
Por lo
tanto el marco de la transformación digital incluye la creación de redes de
actores como empresas y clientes en todos los segmentos de la cadena de
valor y la aplicación de nuevas
tecnologías. La transformación digital necesita habilidades que involucren la
extracción e intercambio de datos, así
como el análisis y la conversión de esos datos en información útil. El
concepto de transformación digital va más allá de la web o las redes sociales,
pero en la práctica todo se centra en Internet y la tecnología. Al fin y al
cabo, desde que apareció Internet hemos ido buscando poco a poco
formas de “monetizarlo” o aprovecharlo para nuestro negocio.
Creo
que ya no hace falta decir que, actualmente, un negocio que no tiene presencia
en la red tiene un problema. La transformación digital es un cambio que debe
posibilitar mover una organización de un modelo definido por procesos a un
nuevo modelo basado en datos.
Para
que un pequeño o mediano comerciante empiece a vender online tiene que realizar
un cambio de mentalidad y planteamiento: “un cambio de chip”. No basta con
tener una tienda online o redes sociales, sino que tiene que pensar en el
cliente de otra forma.
En
conclusión, la transformación digital es un cambio organizacional que se debe
afrontar mediante el uso de tecnologías con un propósito claro: mejorar el
rendimiento del negocio. Un proceso de evolución que implica etapas y personas
y que debe tener una base estratégica clara.
¡Hasta
pronto!