Una de
las decisiones en apariencia más triviales pero en realidad más complicadas es
decidir qué es un objetivo para nosotros. Para tomar la decisión acertada, nos
tenemos que focalizar en nuestro modelo
de negocio. Sí tenemos un e-commerce, nuestro objetivo esencial es la
facturación por ventas. Podríamos añadir
objetivos como el número de ítems
por cada venta o el número de ventas por usuario. Pero en ningún
caso un objetivo será tener más seguidores en Twitter o más fans en Facebook. Estas cifras podrían en algún momento acabar suponiendo más usuarios que acaben comprando, pero estarán más
relacionados con la captación de usuarios que con las ventas.
Otra norma
básica es que un objetivo ha de ser medible de una forma concreta. Por ejemplo,
“tener mejor imagen” no es un objetivo, es más bien un propósito o una buena
intención. Para definirlo mejor debería detallarse con elementos cuantificables
y asignando un momento en el tiempo para conseguirlo. Por ejemplo, “incrementar las menciones positivas de la marca en las redes sociales un 25% en
los próximos 12 meses” es un planteamiento valido para un objetivo.
Para no
olvidar cómo definir adecuadamente
nuestros objetivos, podemos recurrir a la regla SMART que reúne cinco elementos que debe cumplir un objetivo:
Específico (Specific)
Medible (Mesurable)
Alcanzable (Achievable)
Realista o relevante
(Relevant)
En un margen de tiempo
(Time.Based).
Analicemos cada una de
ellas.
Específico:
seamos concretos. Decir “mucho” o “buena” no es específico, decir un número o un
porcentaje de crecimiento sí lo es. “Muchas
ventas” no es especifico, “cien ventas” sí lo es. O Que nuestra empresa facture
US$ 5000 para el próximo trimestre con el lanzamiento del producto A. “Mejorar nuestra sociedad aportando soluciones tecnológicas”
no es para nada un objetivo específico. No confundamos la medición de objetivos
con la misión, valores y visión.
Medible: necesitamos
convertir el objetivo en un número o una serie de números. Como decíamos “tener
una buena imagen” no es un objetivo
medible, pero sí lo es contar el número de comentarios positivos y
negativos sobre nosotros que podamos rastrear en Internet. “mejorar la
percepción de la marca A en un 20% para los próximos 3 meses, según la encuesta de satisfacción
realizada el mes pasado” es un objetivo medible.
Alcanzable:
seamos realistas planteando objetivos
que con los pies en el suelo tengan sentido. No olvidemos que se trata de
buscar ese equilibrio entre el beneficio que esperamos y la inversión que podamos realizar. Plantear objetivos
ambiciosos con un presupuesto casi nulo sólo provocará frustración y, seguramente,
acabará quemando los pocos recursos disponibles en fogonazos desesperados.
Relevante. ¿Son
los objetivos de su empresa relevantes? La letra que más cambia de unos autores a otros es la R, que se
interpreta a veces como “realista”, que tiene mucho que ver con alcanzable. Y otras
con “relevante”, que es la acepción que se refiere a que el objetivo esté realmente alineado
con el modelo de negocio, para no ser una distracción innecesaria. Por ejemplo,
las ventas son relevantes para un e-commerce,
pero el número de personas que han hecho comentarios en nuestras presentaciones
en Slideshare no es relevante.
Veamos
un ejemplo: una tienda que vende productos a base de chocolate de manera online con un blog para captar tráfico decide
establecer el siguiente objetivo. “conseguir 5000 visitantes al blog mensuales
en los próximos 6 meses”. Es un objetivo que está bien planteado pero su
objetivo real es vender los productos a base de chocolate en su tienda online,
por lo tanto quizá no sea un objetivo relevante. Pero podríamos darle la relevancia
de la siguiente manera. “conseguir un volumen de ventas de US$ 3.000 al mes de
los visitantes que vienen del blog en los próximos 6 meses.
Tiempo: para que un objetivo
nos motive debemos marcar un horizonte temporal, que coincidirá con el calendario que hemos marcado en nuestra estrategia. Puede
ser un año fiscal o un periodo de tiempo concreto para un objetivo relacionado con una campaña. Por ejemplo, el
número de ventas totales en 2017 o el número de ventas de la campaña de
navidad, marcando cuándo empieza y cuándo termina esta campaña. Para que todos
en la empresa puedan contextualizar los objetivos, siempre se tendrán que
acompañar del plazo deseado para su cumplimiento.
Finalmente
un objetivo debe cumplir todas las especificaciones SMART. Deben contener toda
la información que sea necesaria pero
deben ser concisos y deben utilizar un lenguaje que sea claro y fácil de
entender.
¡Hasta
pronto!