domingo, 11 de noviembre de 2018

Omnicanalidad. Creación de experiencias extraordinarias para el cliente.




Los clientes compran una marca o adquieren un servicio según la experiencia que tienen con nosotros en su Customer Journey que va desde que empiezan a informarse pasando por los puntos de interacción con la organización hasta que dejan de utilizar el producto  que nos han comprado. En realidad un cliente no nos compra por el producto sino que lo hacen por la percepción que se forma alrededor de ese producto en la que se aglutinan numerosos factores. ¿Cómo hacer que los clientes nos vuelvan a comprar? la función y el objetivo del comerciante digital es crear esa experiencia, consiguiendo que sea completamente satisfactoria. En el pasado realizar esa tarea era relativamente sencilla. Si un consumidor quería comprar un televisor, Solo bastaba con tener un buen punto de venta en la mejor ubicación comercial, formar adecuadamente a los asesores comerciales que supieran conocer los beneficios de la marca y conocer adecuadamente los procesos de atención postventa.

A medida que la tecnología fue evolucionando, la decisión de compra de ese consumidor se hizo más compleja. Empezó a buscar información no solo a través de otras personas (lo que se conoce como el Boca a Boca) sino a través de otros canales como revistas especializadas  y con la llegada de internet, un amplio abanico de posibilidades emergió. Los consumidores ya no solo dependían de los asesores comerciales para satisfacer sus necesidades. Internet y las redes sociales les permitió navegar, investigar y comprar online

Por lo tanto con la llegada de la omnicanalidad, conseguir una buena experiencia integrada para el cliente es más difícil, aunque se disponga de más medios para conseguirlo. Conseguir la coherencia de la experiencia cuando el cliente tiene contacto con nosotros a través de muchos puntos es un reto complicado. Debe existir un flujo coherente, transparente y organizado de la información en la organización para crear procesos alrededor del cliente en lugar de alrededor de los canales. Una excelente estrategia omnicanal permite mejorar la experiencia del cliente, mantiene el esfuerzo en el receptor más que en el medio.
La omnicanalidad no es un descubrimiento nuevo que haya surgido de la más avanzada tecnología, los tenderos de barrio de toda la vida ya la utilizaban. La señora que llega a comprar, él ya sabe sus gustos, como quiere que este la fruta, o como cortar las hortalizas y verduras para un delicioso menú al mediodía. Además, si la señora desea le lleva el producto a la casa, o le toma el pedido por teléfono para tenérselo preparado y listo. Lo que busca la estrategia omnicanal  es crear una continuidad entre los distintos medios para que el cliente pueda pasar de uno a otro sin esfuerzo, manteniendo su imagen e identidad. Por ejemplo;  que el cliente realice una compra online y pueda recoger el artículo en la tienda física, conservar la misma estética corporativa en todos los medios esto ayuda a un mejor posicionamiento y a cómo funciona la empresa o sitio web. Si el cliente busca información de la empresa o producto en su ordenador debe tener el mismo Call to Action, carrito de compra, que si la abre en su tableta o móvil. De igual manera ofrecer las mismas promociones en todos los dispositivos pensando en la mejor experiencia omnicanal para que el cliente las recuerde y pueda acceder a ellas desde cualquier medio.

“una experiencia extraordinaria convierte a un consumidor esporádico en un cliente fiel e incluso puede que acabe siendo un influenciador que recomiende a otros la compra de nuestro producto”

Elementos fundamentales de una buena experiencia de usuario. Los usuarios buscan en cada interacción con la organización  seis atributos esenciales: comodidad, simplicidad, coherencia, control, relevancia y agilidad. El gran reto para las empresas y los profesionales de marketing y ventas en el mundo digital es entender esta realidad e invertir para mejorar las experiencias del cliente con nuestra organización.

Comodidad. Los clientes hoy buscan comodidad. Quieren dedicar en lo posible menos tiempo en sus procesos de compra y quieren opciones para la recogida y envío muy compatibles con su estilo de vida. Si queremos una excelente experiencia del cliente en su proceso de compra tenemos que poner la comodidad en lo más alto de la lista de prioridades.

Simplicidad. Los clientes en el mundo digital desean que sus experiencias sean lo más sencillas posibles. Evitan procesos de compra complicados, buscan información que se ajuste a sus necesidades e información relevante. Por lo tanto las mejores experiencias del cliente serán las menos complejas y adaptadas a sus intereses.        

Coherencia. No solo tenemos que facilitarle los procesos de compra al cliente, facilitarle la vida, tenemos que proporcionar una estrategia coherente en los diferentes puntos de contacto que tengamos con él. Si un cliente realiza una consulta a través de la página web de la compañía y si esa consulta no se resuelve a la mayor brevedad posible, la experiencia será frustrante. El cliente debe ser el centro de atención y por lo tanto si en un canal no se atienden sus inquietudes, toda la experiencia será negativa y la estrategia de la empresa se verá perjudicada.  

Relevancia. El cliente busca experiencias personalizadas centradas en sus deseos y necesidades.  Por lo tanto es muy importante la generación de valor en cada interacción. Es muy importante disponer de la información que realiza el cliente en cada transacción, con el fin de conocerlo mejor y así crear una intimidad superior con él.  

Control. Los clientes tienen poder y más acceso a la información que antes. Rechazan cualquier intento del asesor por cautivarlo, y quieren participar más intensamente en el proceso de compra convirtiéndose en el principal protagonista. Las marcas que quieran liderar el comercio digital deberán darle poder al cliente y hacerlos parte de sus estrategias de cocreación.

Agilidad. Los clientes quieren inmediatez en los procesos de compra. Quieren tener el control total del proceso, incluso en la entrega de los bienes adquiridos. Para facilitar a esta inmediatez las empresas tienen que ser ágiles en sus procesos respondiendo rápidamente a las tendencias de consumo.

El diseño de una estrategia omnicanal debe tener al cliente como centro de generación de valor. La empresa debe pensar en cada cliente como una persona única con necesidades individuales diferentes a los demás clientes. De esta forma será más fácil que sea fiel porque tiene razones que puede argumentar y emociones individuales que le harán sentirse satisfecho.


¡Hasta pronto!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario