La comprensión de nuestro mercado es esencial para
entablar relaciones rentables con nuestros clientes. Para ofrecer el mayor
valor, generar satisfacción, obtener la lealtad del consumidor y convertirnos
en una opción realmente atractiva es necesario conocer y estudiar a nuestra
competencia, permitiéndonos así crear ventajas competitivas, acorde a las
posibilidades de nuestra empresa y la industria en la que participamos.
Para competir en un mercado e
incursionar en uno o varios segmentos específicos, es importante
identificar y conocer a fondo a aquellos a quienes les queremos vender, como a
todos los competidores a los que nos vamos a enfrentar, es decir, todos
aquellos que puedan proveer, directa o indirectamente, un valor tal que atraiga
a un cliente que potencialmente podría comprarnos a nosotros. En este punto la ventaja competitiva debe contestar a las preguntas ¿Qué hacemos mejor?. con esto quiero decir es que hacemos mejor que la competencia de nuestro sector. ¿ porque los clientes nos escogen?. porque los clientes compran nuestros productos o nuestros servicios.
Una ventaja competitiva se define como un atributo superior y estratégico que un producto o marca tiene sobre sus rivales en el marco de su industria de competencia. Es decir, es aquello en lo que una empresa es mejor que sus competidores y con lo que es capaz de entregar mayor valor a sus clientes. Entonces, desarrollar conscientemente una ventaja
competitiva es esencial para cualquiera que desee sobresalir de la competencia
y atraer a un mayor número de clientes. Para hacer sustentable dicha ventaja,
es esencial ofrecer productos con un mayor valor agregado, así como tener
procesos y/u ofrecer un servicio al cliente que no puedan ser duplicados o
imitados por la competencia.
Para tener una ventaja competitiva es necesario comprender 3 principales enfoques a través de los cuales podemos
desarrollarla con mayor efectividad:
Enfoque en procesos o eficiencia operacional.
Aquí las empresas suministran una calidad consistente al mejor precio. Esto lo logran mediante la estandarización de los sistemas para hacer negocios de tal manera que minimiza el costo y las dificultades que enfrenta el cliente para adquirir el producto. Implica disminuir lo más posible los costos de
producción y distribución y crear un sistema de provisión de valor eficiente y
adecuado, que permita ofrecer productos de buena calidad, fiables y de fácil
acceso a precios inferiores a los de la competencia para así ganar una mayor cuota
de mercado. Son ejemplos de esta disciplina la cadena de almacenes por departamentos Walmart y Southwest Airlines ambas de Estados Unidos.
Ofrecer el mejor producto.
Aquí las empresas deben esforzarse por ofrecer un valor superior al de la competencia con los productos más innovadores que posicionen a la empresa como líder de su industria. Si se desea usar este enfoque hay que invertir una considerable cantidad de recursos a la generación de ideas, innovación y desarrollo, una calidad superior que sea percibida por el mercado, tecnología, servicio postventa, y a la búsqueda de nuevas soluciones, y tener la capacidad de una comercialización rápida y eficiente de los nuevos productos. Son ejemplos Protec & Gamble, 3M.
Enfoque en el cliente o nicho de mercado
Aquí las empresas deben enfocar todos los
esfuerzos a satisfacer mejor que nadie a segmentos específicos, en lugar de
atender a todo el mercado. Implica segmentar con precisión un mercado y ajustar
los productos o servicios para que satisfagan a las necesidades de los clientes
del segmento. En este punto las empresas deben aplicar excelentes programas de CRM, (Customer relationship Management) personalización de la oferta, generar experiencia únicas, empoderar a los empleados para que brinden un servicio de excelencia. Ejemplo de este enfoque la cadena de hoteles Ritz-Carlton.
Ahora bien, es importante saber que,
independientemente del enfoque que usted elija para su empresa, el desarrollar una ventaja
competitiva lleva tiempo, no es algo que se tenga de la noche a la mañana.
Además cabe resaltar que a la hora de querer desarrollar una ventaja
competitiva auténtica y sustentable, no es conveniente intentar sobresalir en
todas las facetas (costos bajos, mejores productos y darle gusto a todos). Las
empresas que no se enfocan en una sola faceta, generalmente terminan sin lograr
ser mejores en ningún aspecto y cualquier competidor enfocado en un solo
aspecto las supera con facilidad.La
comprensión de nuestro mercado es esencial para entablar relaciones rentables
con nuestros clientes. Para ofrecer el mayor valor, generar satisfacción,
obtener la lealtad del consumidor y convertirnos en una opción realmente
atractiva es necesario conocer y estudiar a nuestra competencia, permitiéndonos
así crear ventajas competitivas, acorde a las posibilidades de nuestra empresa
y la industria en la que participamos.
Cuando deseamos entrar a competir en un mercado e incursionar en uno o varios
segmentos específicos, es tan importante identificar y conocer a fondo a
aquellos a quienes les queremos vender, como a todos los competidores a los que
nos vamos a enfrentar, es decir, todos aquellos que puedan proveer, directa o
indirectamente, un valor tal que atraiga a un cliente que potencialmente podría
comprarnos a nosotros.
La clave para tener una ventaja competitiva radica en la habilidad para conservarla. Una ventaja competitiva sostenible es aquella que la competencia no puede imitar. La idea de una ventaja competitiva significa que una empresa exitosa logrará una posición única frente a sus rivales. La imitación de los competidores indica una ausencia de ventaja competitiva y casi garantiza un desempeño mediocre. Por lo tanto su empresa debe analizar en que son buenos en lugar de imitar a sus competidores. Las fuentes de la ventaja competitivas del mañana son las habilidades y los activos de su organización. Los activos incluyen patentes, derechos de autor, locales, equipo y tecnologías superiores a aquellos de su competencia. Las habilidades son las funciones como el servicio al cliente, que la empresa realiza mejor que sus rivales.
Así pues, nos damos cuenta
de que hoy en día es muy importante hacer un esfuerzo significativo para
evaluar las fortalezas y debilidades e identificar los objetivos y estrategias
de cada competidor. Descubrir la importancia que le dan a temas como
rentabilidad, mantener una cuota de mercado, ofrecer un servicio al cliente
destacado o invertir en desarrollo tecnológico nos puede ayudar a conocer con
mayor precisión las reacciones que tomaría dicho competidor ante una acción
determinada de cualquier tercero en la industria.
Ahora bien, una vez habiendo
evaluado e identificado a los competidores, sus motivaciones, objetivos, etc.,
podemos diseñar estrategias específicas de marketing que se traduzcan en el
desarrollo de una o varias ventajas competitivas que provean un valor superior
para nuestro cliente.
Una ventaja competitiva se
define como un atributo superior y estratégico que un producto o marca tiene
sobre sus rivales en el marco de su industria de competencia. Es decir, es
aquello en lo que una empresa es mejor que sus competidores y con lo que es
capaz de entregar mayor valor a sus clientes.
Entonces, desarrollar
conscientemente una ventaja competitiva es esencial para cualquiera que desee
sobresalir de la competencia y atraer a un mayor número de clientes. Para hacer
sustentable dicha ventaja, es esencial ofrecer productos con un mayor valor
agregado, así como tener procesos y/u ofrecer un servicio al cliente que no
puedan ser duplicados o imitados por la competencia.
Para tener una ventaja
competitiva hay muchos caminos, sin embargo hay 3 principales enfoques a través
de los cuales podemos desarrollarla con mayor efectividad:
1. Ser el más barato:
Implica disminuir lo más posible los costos de producción y distribución y
crear un sistema de provisión de valor eficiente y adecuado, que permita
ofrecer productos de buena calidad, fiables y de fácil acceso a precios
inferiores a los de la competencia para así ganar una mayor cuota de mercado.
2. Ofrecer el mejor producto:
Ofreciendo un valor superior al de la competencia con los productos más
innovadores que posicionen a la empresa como líder de su industria. Si se desea
usar este enfoque hay que invertir una considerable cantidad de recursos a la
generación de ideas y a la búsqueda de nuevas soluciones, y tener la capacidad
de una comercialización rápida y eficiente de los nuevos productos.
3. Adecuar la oferta a tu cliente:
Enfocando todos los esfuerzos a satisfacer mejor que nadie a segmentos
específicos, en lugar de atender a todo el mercado. Implica segmentar con
precisión un mercado y ajustar los productos o servicios para que satisfagan a
las necesidades de los clientes del segmento.
Ahora bien, es importante
saber que, independientemente del enfoque que uno elija, desarrollar una
ventaja competitiva lleva tiempo, no es algo que se tenga de la noche a la
mañana. Además cabe resaltar que a la hora de querer desarrollar una ventaja
competitiva auténtica y sustentable, no es conveniente intentar sobresalir en
todas las facetas (costos bajos, mejores productos y darle gusto a todos). Las
empresas que no se enfocan en una sola faceta, generalmente terminan sin lograr
ser mejores en ningún aspecto y cualquier competidor enfocado en un solo
aspecto las supera con facilidad.
La comprensión de nuestro
mercado es esencial para entablar relaciones rentables con nuestros clientes.
Para ofrecer el mayor valor, generar satisfacción, obtener la lealtad del consumidor
y convertirnos en una opción realmente atractiva es necesario conocer y
estudiar a nuestra competencia, permitiéndonos así crear ventajas competitivas,
acorde a las posibilidades de nuestra empresa y la industria en la que
participamos.
Cuando deseamos entrar a competir en un mercado e incursionar en uno o varios
segmentos específicos, es tan importante identificar y conocer a fondo a
aquellos a quienes les queremos vender, como a todos los competidores a los que
nos vamos a enfrentar, es decir, todos aquellos que puedan proveer, directa o
indirectamente, un valor tal que atraiga a un cliente que potencialmente podría
comprarnos a nosotros.
Así pues, nos damos cuenta
de que hoy en día es muy importante hacer un esfuerzo significativo para
evaluar las fortalezas y debilidades e identificar los objetivos y estrategias
de cada competidor. Descubrir la importancia que le dan a temas como
rentabilidad, mantener una cuota de mercado, ofrecer un servicio al cliente
destacado o invertir en desarrollo tecnológico nos puede ayudar a conocer con
mayor precisión las reacciones que tomaría dicho competidor ante una acción
determinada de cualquier tercero en la industria.
Ahora bien, una vez habiendo
evaluado e identificado a los competidores, sus motivaciones, objetivos, etc.,
podemos diseñar estrategias específicas de marketing que se traduzcan en el
desarrollo de una o varias ventajas competitivas que provean un valor superior
para nuestro cliente.
Una ventaja competitiva se
define como un atributo superior y estratégico que un producto o marca tiene
sobre sus rivales en el marco de su industria de competencia. Es decir, es
aquello en lo que una empresa es mejor que sus competidores y con lo que es
capaz de entregar mayor valor a sus clientes.
Entonces, desarrollar
conscientemente una ventaja competitiva es esencial para cualquiera que desee
sobresalir de la competencia y atraer a un mayor número de clientes. Para hacer
sustentable dicha ventaja, es esencial ofrecer productos con un mayor valor
agregado, así como tener procesos y/u ofrecer un servicio al cliente que no
puedan ser duplicados o imitados por la competencia.
Para tener una ventaja
competitiva hay muchos caminos, sin embargo hay 3 principales enfoques a través
de los cuales podemos desarrollarla con mayor efectividad:
1. Ser el más barato:
Implica disminuir lo más posible los costos de producción y distribución y
crear un sistema de provisión de valor eficiente y adecuado, que permita
ofrecer productos de buena calidad, fiables y de fácil acceso a precios
inferiores a los de la competencia para así ganar una mayor cuota de mercado.
2. Ofrecer el mejor producto:
Ofreciendo un valor superior al de la competencia con los productos más
innovadores que posicionen a la empresa como líder de su industria. Si se desea
usar este enfoque hay que invertir una considerable cantidad de recursos a la
generación de ideas y a la búsqueda de nuevas soluciones, y tener la capacidad
de una comercialización rápida y eficiente de los nuevos productos.
3. Adecuar la oferta a tu cliente:
Enfocando todos los esfuerzos a satisfacer mejor que nadie a segmentos
específicos, en lugar de atender a todo el mercado. Implica segmentar con
precisión un mercado y ajustar los productos o servicios para que satisfagan a
las necesidades de los clientes del segmento.
Ahora bien, es importante
saber que, independientemente del enfoque que uno elija, desarrollar una
ventaja competitiva lleva tiempo, no es algo que se tenga de la noche a la
mañana. Además cabe resaltar que a la hora de querer desarrollar una ventaja
competitiva auténtica y sustentable, no es conveniente intentar sobresalir en
todas las facetas (costos bajos, mejores productos y darle gusto a todos). Las
empresas que no se enfocan en una sola faceta, generalmente terminan sin lograr
ser mejores en ningún aspecto y cualquier competidor enfocado en un solo
aspecto las supera con facilidad.
¿Qué estrategia o enfoque
crees que puede dar mejor resultado para ti? Me encantaría conocer tu opinión
en éste espacio o sígueme en mi Twitter: @carlosluer para temas interesantes de marketing,
branding y mucho más. Nos vemos el próximo jueves por aquí
La comprensión de nuestro
mercado es esencial para entablar relaciones rentables con nuestros clientes.
Para ofrecer el mayor valor, generar satisfacción, obtener la lealtad del
consumidor y convertirnos en una opción realmente atractiva es necesario
conocer y estudiar a nuestra competencia, permitiéndonos así crear ventajas
competitivas, acorde a las posibilidades de nuestra empresa y la industria en
la que participamos.
Cuando deseamos entrar a competir en un mercado e incursionar en uno o varios
segmentos específicos, es tan importante identificar y conocer a fondo a
aquellos a quienes les queremos vender, como a todos los competidores a los que
nos vamos a enfrentar, es decir, todos aquellos que puedan proveer, directa o
indirectamente, un valor tal que atraiga a un cliente que potencialmente podría
comprarnos a nosotros.
Así pues, nos damos cuenta
de que hoy en día es muy importante hacer un esfuerzo significativo para
evaluar las fortalezas y debilidades e identificar los objetivos y estrategias
de cada competidor. Descubrir la importancia que le dan a temas como
rentabilidad, mantener una cuota de mercado, ofrecer un servicio al cliente
destacado o invertir en desarrollo tecnológico nos puede ayudar a conocer con
mayor precisión las reacciones que tomaría dicho competidor ante una acción
determinada de cualquier tercero en la industria.
Ahora bien, una vez habiendo
evaluado e identificado a los competidores, sus motivaciones, objetivos, etc.,
podemos diseñar estrategias específicas de marketing que se traduzcan en el
desarrollo de una o varias ventajas competitivas que provean un valor superior
para nuestro cliente.
Una ventaja competitiva se
define como un atributo superior y estratégico que un producto o marca tiene
sobre sus rivales en el marco de su industria de competencia. Es decir, es
aquello en lo que una empresa es mejor que sus competidores y con lo que es
capaz de entregar mayor valor a sus clientes.
Entonces, desarrollar
conscientemente una ventaja competitiva es esencial para cualquiera que desee
sobresalir de la competencia y atraer a un mayor número de clientes. Para hacer
sustentable dicha ventaja, es esencial ofrecer productos con un mayor valor
agregado, así como tener procesos y/u ofrecer un servicio al cliente que no
puedan ser duplicados o imitados por la competencia.
Para tener una ventaja
competitiva hay muchos caminos, sin embargo hay 3 principales enfoques a través
de los cuales podemos desarrollarla con mayor efectividad:
1. Ser el más barato:
Implica disminuir lo más posible los costos de producción y distribución y
crear un sistema de provisión de valor eficiente y adecuado, que permita
ofrecer productos de buena calidad, fiables y de fácil acceso a precios
inferiores a los de la competencia para así ganar una mayor cuota de mercado.
2. Ofrecer el mejor producto:
Ofreciendo un valor superior al de la competencia con los productos más
innovadores que posicionen a la empresa como líder de su industria. Si se desea
usar este enfoque hay que invertir una considerable cantidad de recursos a la
generación de ideas y a la búsqueda de nuevas soluciones, y tener la capacidad
de una comercialización rápida y eficiente de los nuevos productos.
3. Adecuar la oferta a tu cliente:
Enfocando todos los esfuerzos a satisfacer mejor que nadie a segmentos
específicos, en lugar de atender a todo el mercado. Implica segmentar con precisión
un mercado y ajustar los productos o servicios para que satisfagan a las
necesidades de los clientes del segmento.
Ahora bien, es importante
saber que, independientemente del enfoque que uno elija, desarrollar una
ventaja competitiva lleva tiempo, no es algo que se tenga de la noche a la
mañana. Además cabe resaltar que a la hora de querer desarrollar una ventaja
competitiva auténtica y sustentable, no es conveniente intentar sobresalir en
todas las facetas (costos bajos, mejores productos y darle gusto a todos). Las
empresas que no se enfocan en una sola faceta, generalmente terminan sin lograr
ser mejores en ningún aspecto y cualquier competidor enfocado en un solo
aspecto las supera con facilidad.
¿Qué estrategia o enfoque
crees que puede dar mejor resultado para ti? Me encantaría conocer tu opinión
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La comprensión de nuestro
mercado es esencial para entablar relaciones rentables con nuestros clientes.
Para ofrecer el mayor valor, generar satisfacción, obtener la lealtad del
consumidor y convertirnos en una opción realmente atractiva es necesario
conocer y estudiar a nuestra competencia, permitiéndonos así crear ventajas
competitivas, acorde a las posibilidades de nuestra empresa y la industria en
la que participamos.
Cuando deseamos entrar a competir en un mercado e incursionar en uno o varios
segmentos específicos, es tan importante identificar y conocer a fondo a
aquellos a quienes les queremos vender, como a todos los competidores a los que
nos vamos a enfrentar, es decir, todos aquellos que puedan proveer, directa o
indirectamente, un valor tal que atraiga a un cliente que potencialmente podría
comprarnos a nosotros.
Así pues, nos damos cuenta
de que hoy en día es muy importante hacer un esfuerzo significativo para
evaluar las fortalezas y debilidades e identificar los objetivos y estrategias
de cada competidor. Descubrir la importancia que le dan a temas como
rentabilidad, mantener una cuota de mercado, ofrecer un servicio al cliente
destacado o invertir en desarrollo tecnológico nos puede ayudar a conocer con
mayor precisión las reacciones que tomaría dicho competidor ante una acción
determinada de cualquier tercero en la industria.
Ahora bien, una vez habiendo
evaluado e identificado a los competidores, sus motivaciones, objetivos, etc.,
podemos diseñar estrategias específicas de marketing que se traduzcan en el
desarrollo de una o varias ventajas competitivas que provean un valor superior
para nuestro cliente.
Una ventaja competitiva se
define como un atributo superior y estratégico que un producto o marca tiene
sobre sus rivales en el marco de su industria de competencia. Es decir, es
aquello en lo que una empresa es mejor que sus competidores y con lo que es
capaz de entregar mayor valor a sus clientes.
Entonces, desarrollar
conscientemente una ventaja competitiva es esencial para cualquiera que desee
sobresalir de la competencia y atraer a un mayor número de clientes. Para hacer
sustentable dicha ventaja, es esencial ofrecer productos con un mayor valor
agregado, así como tener procesos y/u ofrecer un servicio al cliente que no puedan
ser duplicados o imitados por la competencia.
Para tener una ventaja
competitiva hay muchos caminos, sin embargo hay 3 principales enfoques a través
de los cuales podemos desarrollarla con mayor efectividad:
1. Ser el más barato:
Implica disminuir lo más posible los costos de producción y distribución y
crear un sistema de provisión de valor eficiente y adecuado, que permita
ofrecer productos de buena calidad, fiables y de fácil acceso a precios
inferiores a los de la competencia para así ganar una mayor cuota de mercado.
2. Ofrecer el mejor producto:
Ofreciendo un valor superior al de la competencia con los productos más
innovadores que posicionen a la empresa como líder de su industria. Si se desea
usar este enfoque hay que invertir una considerable cantidad de recursos a la
generación de ideas y a la búsqueda de nuevas soluciones, y tener la capacidad
de una comercialización rápida y eficiente de los nuevos productos.
3. Adecuar la oferta a tu cliente:
Enfocando todos los esfuerzos a satisfacer mejor que nadie a segmentos
específicos, en lugar de atender a todo el mercado. Implica segmentar con
precisión un mercado y ajustar los productos o servicios para que satisfagan a
las necesidades de los clientes del segmento.
Ahora bien, es importante
saber que, independientemente del enfoque que uno elija, desarrollar una
ventaja competitiva lleva tiempo, no es algo que se tenga de la noche a la
mañana. Además cabe resaltar que a la hora de querer desarrollar una ventaja
competitiva auténtica y sustentable, no es conveniente intentar sobresalir en
todas las facetas (costos bajos, mejores productos y darle gusto a todos). Las
empresas que no se enfocan en una sola faceta, generalmente terminan sin lograr
ser mejores en ningún aspecto y cualquier competidor enfocado en un solo
aspecto las supera con facilidad.
¿Qué estrategia o enfoque
crees que puede dar mejor resultado para ti? Me encantaría conocer tu opinión
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branding y mucho más. Nos vemos el próximo jueves por aquí
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