domingo, 25 de diciembre de 2016

El concepto de lealtad en mercadeo


Pensemos en cualquiera de nosotros como consumidores y reflexionemos en lo siguiente: ¿Por qué razones no cambiaría ciertas marcas por otras?, ¿por qué compro siempre determinadas marcas?, ¿por qué he dejado de comprar algunas marcas? Las respuestas que podemos dar a esas preguntas nos permiten sacar las siguientes conclusiones:

Hay diferentes tipos de lealtad. Por un lado se encuentra la verdadera lealtad; como el amor verdadero. Es el que le tenemos a aquellas personas con las que permanecemos unidos y de las que estamos enamorados, a las que queremos por lo que son y que no cambiaríamos por nada. En ella confluyen la razón y la emoción: La dimensión funcional del producto viene dada por la utilidad que el producto representa y las emociones que provoca su consumo desde la diversión al deleite. Cada persona tiene las suyas, a veces incluso sin ser consciente  de ello; son las marcas con las que nos identificamos, cuya personalidad coincide con la nuestra. Pensemos en una marca como Harley Davidson. El consumidor sólo deja de comprarlas cuando cambia alguno de los dos elementos de la relación: los valores de la persona o los valores de la marca. No hay competencia posible. Ahí se encuentran las marcas que un consumidor no cambiaría por ninguna otra.

Por otro lado, está la lealtad por inercia o la falsa lealtad. Y se da generalmente cuando el consumidor compra un producto habitualmente sin percibir un vínculo emocional con la marca. Las razones por las que se compra la marca son: la conveniencia (razones funcionales, la falta de alternativas en el mercado, la falta de búsqueda de alternativas o la imposibilidad de cambiar por razones legales en donde en algunos casos el consumidor ni siquiera está  satisfecho con la marca que sigue consumiendo (pensemos por ejemplo en las compañías telefónicas que nos obligaban a estar un año usando el servicio fuera este  bueno o malo, compañías de salud, algunos servicios públicos). En definitiva el consumidor permanece en la empresa porque simplemente esta cautivo debido a que las barreras de salida impiden o limitan de cierto modo la libre elección del consumidor. Por otro lado la lealtad latente  que es como el amor platónico hacia aquellas marcas que generalmente por poder adquisitivo o razones de tipo social no se pueden adquirir pero que nos generan vínculos emocionales. Finalmente cuando hay ausencia de las dimensiones funcionales y emocionales, hablamos de una situación de no lealtad

Conseguir la lealtad del cliente debe ser la prioridad de las estrategias de fidelización o de retención  de las empresas. Obtener clientes leales a una empresa se traduce en múltiples beneficios.

1.       Los clientes leales son menos sensibles al precio que los clientes que se mueven de una empresa a otra.

2.       Los clientes leales son menos sensibles  a las acciones de marketing de la competencia.

3.       Suponen una ventaja competitiva para la empresa.

4.       Boca a boca positivo. Los clientes leales son los mejores influenciadores de la marca.

5.       La compra repetida de una marca o de un servicio se traduce en mayores ventas y en mayores beneficios para la empresa.

6.       Actúan  como una barrera  para nuevas empresas  que entran en el mercado.


Teniendo en cuenta los tipos de lealtad mencionados, los procesos de creación de cada uno de ellos son diferentes, uno de ellos  consiste en crear un producto  adaptado a las necesidades  del consumidor, es decir, que tenga una utilidad funcional asociado a una buena calidad. De esta forma lo que se consigue es que el consumidor se encuentre satisfecho. La satisfacción  de las necesidades del consumidor  es la premisa básica  de la filosofía de la orientación al mercado. Esta considera exclusivamente los atributos funcionales del producto, y las variables clave consideradas son la calidad y la satisfacción. Y otra forma de conseguir la lealtad hacia una marca pasa por suscitar  emociones en el consumidor, llegando al fondo de su corazón. El marketing emocional muy de moda y muy utilizado por las empresas es crear vínculos afectivos entre la marca y el consumidor mediante instrumentos como el storytelling y la utilización efectiva de las redes sociales para interactuar con el consumidor, que son capaces de suscitar emociones positivas. Saber alinearse con los intereses de los consumidores  es una de las claves de la estrategia de fidelización donde las marcas tienen que pasar de un enfoque  que cumple una necesidad funcional a convertirse en una experiencia  que incorpore una dimensión emocional. Leer también  Engagement Marketing

¡Hasta pronto!

 

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