Los
centennials han crecido bajo la sombra de sus mayores, adoptando algunos de los
elementos que los definen, pero también convirtiéndolos en propios y en parte de su proceso de expresión. Decir
que los millennials son cosa del pasado
o el rey muerto de la historia reciente del mercadeo puede ser exagerado; sin embargo, el lugar de
privilegio que hasta hoy han ocupado se
encuentra amenazado por sus sucesores
naturales. Se ha acuñado el término centennials para referirse a las personas que
han nacido a partir de 1997. Aunque aún son jóvenes o apenas han alcanzado la
mayoría de edad en algunas latitudes, los integrantes de esta generación se perfilan desde ya como una gran fuerza que
hará redefinir los elementos que hoy hacen parte de las campañas de mercadeo y de muchas otras dinámicas sociales. Debido a esto,
los centennials están cobrando cada vez más relevancia en términos de
concepción del mundo, hábitos y relación
con el entorno. Como en muchos otros casos y temas, es mejor estar
preparados para el sacudón porque aunque parezca lejano, este relevo generacional está a la
vuelta de la esquina.
¿Quiénes son los centennials?
Si los
millennials han logrado aprender una gran variedad de tareas a partir de
tutoriales en línea, los centennials actúan permanentemente bajo esta lógica, y
por medio de un dispositivo conectado a la red, han adquirido conocimientos
prácticos de manera natural y constante.
Aunque gran parte de los millennials nacieron en un mundo conectado a internet,
donde el teléfono celular es el principal medio para relacionarse en el plano digital, los nacidos a partir de
1997 son la primera generación que prácticamente
vino al mundo con un dispositivo móvil bajo
el brazo. Como resultado de este cambio las marcas se están moviendo para
adaptar sus estrategias móviles, introducir experiencias diferenciales y estar presentes en la decisión
de compra. Son una generación muy ligada a la tecnología (100% nativos
digitales), dominan completamente las redes sociales y el mundo digital en
general.
Si los
millennials han logrado aprender una gran variedad de tareas a partir de
tutoriales en línea, quienes pertenecen a la generación de los centennials son
nativos digitales móviles que han adquirido
conocimientos prácticos de manera
natural y constante. Están conectados diez horas al día en línea, reciben una media de 3000
mensajes de texto al mes, y tienen una capacidad
de ocho segundos por lo que su capacidad de atención se convierte en un
verdadero desafío. Los de la generación reinante vieron muchos cambios y
nacimientos, entre estos el del comercio electrónico. Este se ha convertido hoy
en una dinámica habitual y es una alternativa real a los modelos de comercialización
tradicionales. Por su parte los centennials hacen uso del comercio para
expresar su visón del mundo; usan los canales electrónicos como herramienta
para promover los productos que ellos mismos
crean. Se valora la individualidad de los productos sobre la
masificación tradicional. Para ellos la tecnología no es un elemento de consumo
sino un medio que permite el acceso a la comunicación, al intercambio, a la
educación y al entretenimiento. Por ser una la generación del móvil tienden a
ser flexibles laboralmente lo que les da la oportunidad de laborar desde
cualquier lugar y a cualquier hora. Por
lo tanto valoran la comunicación constante e inmediata e informal con sus
managers.
Los retos del cambio generacional.
Cuando
se modifica algo en el sistema en el que participa un gran número de personas,
es importante poder adaptarse a lo nuevo y generar procesos en los que el
cambio se vea como una dinámica constante y necesaria para la evolución. Con los
centennials se prevé múltiples revoluciones que van desde lo político hasta lo económico. Por lo tanto los retos
para el mercadeo son varios y de gran magnitud. Sin embargo, también lo son las
oportunidades que podrán ser
aprovechadas para conseguir grandes beneficios
tanto para las empresas como para la sociedad. Un relevo generacional que apenas comienza y
un nuevo reto para las comunicaciones de mercadeo.
¡Hasta pronto!
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