En las
últimas décadas hemos visto grandes cambios a nivel social, económico y tecnológico que han modificado la manera de optimizar y de
hacer más rentables los negocios. A lo
largo de los últimos cincuenta años hemos pasado de una economía de producción a
una economía de servicios, de la información, de atención y el conocimiento.
Las organizaciones tienen hoy un nuevo escenario en el que actuar “los medios
sociales” y un nuevo perfil de consumidor al que atender. A este nuevo consumidor se reconoce como los de
la generación multitask por aquello de hacer uso extensivo e intensivo de las
comunicaciones y por chatear, leer el correo y ver un video en You Tube al
mismo tiempo. El nuevo perfil del consumidor es entonces un cliente social, que
espera actuar de una manera multicanal con las empresas que lo proveen de productos y servicios y cuya relación con
ellas empieza antes de la toma de decisión y continúa en el tiempo más allá del
momento de la compra. Este nuevo consumidor tiene un perfil mucho más activo,
ahora es protagonista absoluto, decide
qué quiere, cómo lo quiere y cuando lo quiere. El consumidor de hoy influye en el resto, se informa, da su opinión,
escucha, pero también recomienda,
incluso genera contenidos y los viraliza a través de la red. Hoy se crean comunidades virtuales que interactúan en la
red a través de los medios sociales de
forma activa o pasiva para comunicarse entre sí con un objetivo. Los que
vivimos el marketing digital sabemos que la comunicación tiene que cambiar y
las empresas tienen que trabajar para
desarrollar e integrar las herramientas que nos facilitan los medios sociales
para crear nuevas experiencias y para establecer una mejor comunicación y conversaciones exitosas con los clientes. Los
teléfonos móviles permiten incluso trabajar en cualquier momento y lugar, armados
con nuestro Smartphone todos podemos ser corresponsales individuales de algún suceso
del que estemos siendo testigos consiguiendo que nuestro mensaje llegue al
instante a millones de personas en cualquier parte del mundo. De igual manera
con una simple llamada es posible solucionar cualquier problema ya que la video
conferencia proporcionará dicha conversación en tiempo real. Tenemos un
prosumidor con otra cara y nuevos escenarios, y ante este panorama es
inevitable que nos preguntemos cómo adaptar nuestros centros de atención al
cliente a esta situación.
La búsqueda
para la adquisición de algún producto o servicio ha cambiado por ejemplo, cuando estamos planeando comprar algún
artículo para el hogar. ¿Quién no ha tecleado en Google el nombre de ese artículo y, después de
visitar la página oficial de la empresa que lo produce y distribuye lo siguiente que ha hecho ha sido buscar y leer opiniones de clientes que ya han lo
han comprado y utilizado? Nos interesa
conocer la opinión y la experiencia de gente con la que nos sentimos
identificados, y sus opiniones adquieren
un valor muy importante a la hora de sugerirnos y ayudarnos a tomar una decisión
de compra. Esta forma de proceder, que ya se ha convertido en algo casi
instintivo para la mayoría de las personas, cambia por completo el esquema de
comunicación unidireccional al que estaban acostumbradas las empresas. El
tradicional mensaje corporativo que las empresas nos hacían llegar a través de
la televisión, la prensa, radio, ya no tiene interés para los consumidores. Con
la democratización de las redes sociales las empresas se han visto obligadas a
modificar la forma de comunicarse con sus públicos objetivos. La comunicación
ha pasado de ser unidireccional a bidireccional, de ser estática a ser dinámica
y fluida y continua. Por lo tanto la experiencia del cliente tiene ya mucho más
valor que las inversiones tradicionales
en publicidad.
Muchas
empresas ven los medios sociales como una amenaza, cuando en realidad los deberían contemplar como una gran
oportunidad. La desconfianza incluso la duda para entrar en el mundo social se produce
especialmente por desconocimiento de muchos directivos y por la velocidad con
la que los clientes están adoptando su uso. Todo ello hace que muchas empresas,
poco agiles y flexibles tengan dificultades para seguir este ritmo. Zappos es
una de las mayores tiendas de zapatos online. Esta empresa tiene un particular
y efectiva cultura empresarial basada en la felicidad de sus empleados, clientes
y proveedores. Su presupuesto se basa en invertir teóricamente en lo que se debería
destinar a campañas de marketing y publicidad a mejorar la experiencia del
cliente. Zappos busca que sus clientes sean sus propios vendedores. “vivimos en
un mundo hiperconectado, donde la información viaja a través de blogs, redes sociales etc. En
este sentido, las experiencias que viven los clientes se producen a gran
velocidad (tanto las buenas como las malas), y este tipo de testimonios suelen
tener más fuerza que cualquier otra campaña de marketing que podamos llevar a
cabo” afirma su CEO Tony Hsieh. Existen muchos
ejemplos de atención al cliente excepcional en Zappos, pero el más sonado fue
el caso de una chica que le compró unas zapatillas a su madre enferma. La talla
de las zapatillas no le quedó bien en el momento, por lo que la chica comunico
a Zappos que quería devolverlas. La madre de la chica murió, y ella no pudo
devolver las zapatillas dentro del plazo que estipulaban las condiciones de
compra. ¿Imaginan lo que hizo Zappos? Envió a un servicio de mensajería urgente
a recoger las zapatillas y entregó unas flores para la chica. ¿El resultado? Esta
chica escribió un artículo sobre la historia en su blog, lo que hizo que se
propagara por la red a través de otros
blogs. El costo de las flores y del envió no se supo cual fue, pero la
rentabilidad que obtuvo Zappos en cuanto a fortalecimiento de marca, fidelización y captación de clientes
fue muy alta.
Con la
llegada de las redes sociales las
empresas deben comprender la necesidad de adentrarse en el mundo digital pero muchas siguen sin evolucionar. Si no
evolucionan muy seguramente acabaran
desapareciendo. Lo que no está en los
medios no existe, y en social media, si no estás desapareces. Las personas consultan información cada día en internet,
buscan su empresa en Facebook, en twitter, ellos están, y probablemente su competencia
también. Nunca de motivos para que no lo encuentren, conéctese e interactúe con su público, cree un espacio de contacto en
el que puedan formularle preguntas, consultar inquietudes y en el que les pueda
responder y ofrecer lo mejor de su compañía. La transformación y evolución de los centros de servicio y atención al
cliente se irá añadiendo a las
redes sociales en sus procesos, a medida que los clientes y usuarios vayan haciendo un mayor uso de las mismas. Gracias
a la tecnología, un social center permite conocer la información sobre clientes
muy relevante para la toma de decisiones, como cuantas veces ha visitado
nuestra página Web, cuales productos son de su interés, que otras páginas de la
competencia visita, en qué comunidades participa, qué capacidad de influencia
tiene sobre las mismas etc. Los métodos
de trabajo del gestor social tampoco serán los mismos. Los contact center son
para muchas empresas “un mal necesario”, centro de costos que atienden reclamos,
gestiona inconvenientes, quejas; pero un social center es un centro donde se
recoge conocimiento y se aporta valor real a los clientes y a la empresa.
Muy seguramente
nos enfrentamos a dos tipos de empresas,
aquellas que han nacido en el mundo online y su servicio al cliente nace y
evoluciona naturalmente desde ese entorno, y aquellas más tradicionales que
irán adoptando la atención en el mundo
social o digital de una manera complementaria a la tradicional que ya ofrecen. Tampoco
habrá dos organizaciones que desempeñen el cambio que el cliente
social demanda de la misma
manera, pero que todas lo harán es seguro. Los cambios que se
vienen son imparables.
¡Hasta
pronto!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario