La revolución digital en la actualidad brinda
un sinfín de oportunidades y beneficios para hacer negocios. Especialmente para los pequeños emprendedores. Antiguamente
el contacto con el cliente era mínimo a lo sumo en el momento de concretar la
venta. Y salvo que se tratara de un cliente frecuente, de esos que visitaban
nuestro negocio repetidamente, poco o nada sabíamos de él. Y a las empresas tampoco les interesaba saber de él. El cliente
compraba y se iba y Nos bastaba con que comprara aquello que teníamos a disposición.
La importancia de ser productor radicaba en crear un producto atractivo e
informarle al mercado que estaba a la venta.
Para ello se utilizaba los medios tradicionales
como publicidad en la radio, publicidad
en prensa y para las grandes empresas
publicidad en televisión. Un panorama algo amplio que abarcaba todo el mercado
y donde las empresas se dirigían a todos de manera unidireccional. Cuando McCarthy enuncio la teoría de las 4p del marketing nos
habló de la plaza (distribución) como una de las variables importantes para
cumplir nuestros objetivos. Un lugar donde la empresa tenía contacto con el cliente,
además de ser llamativo, agradable y acogedor. Un sitio físico que invitara al
cliente a regresar pronto.
Con la revolución digital, el concepto evoluciono
haciendo participe al cliente desde cualquier lugar las 24 horas del día. Es posible
que no tengamos contacto físico con él, pero la magia de la tecnología nos
brinda la posibilidad de establecer una relación que está sustentada en el
intercambio de valor. El primer objetivo es saber dónde está nuestro cliente en
este mercado global no solamente desde lo geográfico sino además desde lo
digital. Conocer con exactitud donde esta nuestro cliente nos permitirá saber
que canales elegir, darle prioridad a los más rentables y diseñar estrategias
adecuadas para llegarle con más facilidad, llamar su atención, conquistar su
corazón, transformarlo en un cliente habitual y desde luego en evangelizador de
nuestra marca.
Cuando se habla de distribución, según McCarthy,
se refiere a la capacidad de las empresas de poner a disposición de los
clientes aquello que producen instalando puntos de venta que sean atractivos y
cercanos para evitar desplazamientos. Con el tiempo este concepto quedo limitado
a la entrega del producto, casi exclusivamente a la logística.
Al hablar de conveniencia me refiero a diversos
factores, entre los cuales cabe mencionar: cercanía a los puntos de venta,
comodidad para realizar las compras, y productos adquiridos para una vida más
fácil. El cliente hoy en día desea realizar sus compras de alimentos y
productos básicos en puntos de venta céntricos y con horarios amplios. Y dentro
del punto de venta, desean conseguir fácilmente los productos que necesitan y
listos para consumir. Además desean aprovechar ese viaje al punto de venta para
llevar a cabo tareas como sacar dinero del banco, pagar un servicio o incluso
tomar un café.
¿Por qué los compradores
valoran la conveniencia? La valoran porque disponen de poco tiempo debido a su horario de
trabajo, las horas que pasan en sus vehículos particulares o en transporte
público desplazándose hacia su trabajo o sitios de estudio. La conveniencia
también tiene que ver con la facilidad de ingreso a las plataformas digitales. Te lo pongo de esta manera, uno de los elementos que pueden
ser modificados en una tienda en línea, con el fin de crear mayor conveniencia,
es el proceso de pago. Cuando un sitio de venta online cuenta con varios pasos
inconvenientes, que además, toman mucho tiempo para el comprador, lo más
probable es que éste opte por no volver a comprar o, en el peor de los casos,
decida interrumpir el proceso y abandonar el sitio. Por lo tanto Los consumidores desean también que los
puntos de venta o las empresas ofrezcan múltiples experiencias de compra en
línea para adquirir productos a través de internet y poder interactuar a través
de sus teléfonos móviles. De igual manera la conveniencia ha generado el surgimiento de la
economía de la colaboración donde los consumidores colaboran con sus similares
para obtener beneficios. Consultar la experiencia de otros consumidores para facilitar más el
proceso de decisión de compra.
Estudiar
los cambios en el comportamiento del consumidor e incluso visualizar al
consumidor del futuro son prácticas que permiten que las empresas se preparen
mejor para solucionar sus necesidades y para competir con éxito en el mercado
mediante una oferta diferenciada. La mejor manera de conocer este
comportamiento del consumidor es con la investigación de mercados tradicional y
la aplicación novedosa de sus hallazgos. No hay que olvidar que los Millenials
y la generación Z desean que las marcas los reten y ellos están más abiertos a novedosas formas de interacción con las mismas. Por
lo tanto crear experiencias relevantes y convenientes para ellos puede apoyar
la diferenciación de la
marca y crear más clientes leales.
La clave del éxito es
darle al cliente lo que necesita. La conveniencia es la unión de varios
factores que son muy importantes no solo para cerrar la venta, sino
especialmente para construir y fortalecer la relación con el cliente. Así nunca
lleguemos a conocerlo en persona, nuestra obligación es brindarle un escenario
(plaza) amigable, amable en el que se sienta cómodo. En otras palabras que
pueda vivir una experiencia inolvidable.
¡Hasta pronto!
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