En la
concepción tradicional del mercado, el proceso de creación de valor se centra
en la empresa. En la actualidad los consumidores están sometiendo a revisión el
proceso de creación de valor. La globalización, el outsourcing, la convergencia
de industrias y tecnologías, consumidores más informados, hacen cada vez más
difícil para las empresas diferenciar sus productos de la
competencia. Si el consumidor no percibe diferencias comprará por precio. Para
salir de este enfoque las empresas deberán crear valor a través de
interacciones personalizadas. Más que pensar en el producto los directivos de
las empresas deberán enfoncar sus esfuerzos en las experiencias que generen un
impacto positivo en el cliente. El cliente es quien tiene el poder de compra y
el poder de elección. Si decide comprar en otro lado no habrá poder
humano que lo convenza de lo contrario. (A menos que no haya competencia). El
cliente es el que tiene el poder en sus manos gracias a la tecnología y por eso
las organizaciones tienen que adaptar sus procesos por un enfoque centrado
en el cliente. En definitiva los productos pueden no diferenciarse entre sí y
acercarse más a los commodities, pero las experiencias que recibe jamás.
Si la
empresa decide centrar la atención en el cliente, significa personalizar la
relación, significa que la empresa escucha para entenderlos y aprender de
ellos. Significa crear una propuesta de valor con base en lo que ellos desean
en vez de lo que la empresa quiere ofrecerles. Ya no bastan los clientes
satisfechos para tener un negocio rentable, solo los clientes extremadamente
satisfechos serán genuinamente leales.
Hemos pasado de clientes reactivos a clientes proactivos.
Hemos pasado de las simples transacciones a crear relaciones con el cliente.
Hoy tenemos que pasar de clientes satisfechos a clientes muy satisfechos.
Hoy tenemos que pasar de cumplir sus expectativas a superarlas, para convertirlos en clientes encantados por nuestra marca.
Hay quienes
opinan que el desarrollo de las tecnologías que ha permitido el desarrollo de
las actividades de marketing de las empresas y una comunicación más
cercana con el consumidor en el plano virtual, podría estar acabando
con los medios tradicionales, sin embargo lo medios masivos o
tradicionales de naturaleza unidireccional sirven para contactar con el
consumidor y generar notoriedad de marca, los medios online por su parte,
permiten entablar conversaciones con el consumidor y son plataformas para
generar engagement. El engagement es una forma de crear valor con los clientes
de manera proactiva hacia la construcción de experiencias con la marca a
través de un dialogo continúo de sucesivas interacciones para lograr clientes
encantados y leales. Cuando las empresas desempeñan un papel facilitador en sus
iniciativas de engagement, muestran actitud, les escuchan y les otorgan poder
de decisión, ello podrá traducirse en lealtad hacia la marca y para la empresa
en una estrategia de retención de clientes.
¿Pero cómo
crear engagement?
Personalización. Hoy en día al cliente le gusta
sentir que es tratado de manera especial y de manera personal. Valora
positivamente que no se le trate de manera genérica y quiere sentir que se le
escucha. Los productos y servicios se pueden estandarizar pero las experiencias
serán personalizadas porque entran en juego las emociones y las percepciones de
cada uno.
Web de la empresa. Es la imagen de la marca ante el
cliente. Con contenido atractivo y que sea relevante para él, historia de la
empresa, casos de éxito, usa video explicativos de lo que ofreces y de cómo
funciona tu producto, usa formularios de registro para suscribirlos a la
newsletter de la empresa, al blog corporativo o simplemente para enviarles
ofertas y novedades más adelante.
Las redes sociales. Dependiendo de las red social que
utilices para interactuar con tu grupo objetivo, estas pueden ser usadas para
colocar fotos e imágenes acerca de quién eres y que ofreces y mucho mejor para
escuchar que dicen de ti y como les puedes colaborar. Pero además de
promocionar tu marca debes mostrar el lado humano de la empresa como publicar
algún contenido de humor haciendo referencia a lo que ofreces o a un
acontecimiento importante que esté sucediendo, esto puede hacer la diferencia
con respecto a la competencia.
Comunidades en torno a la marca. Una comunidad de marca se crea
porque realmente le ofrece valor a su público objetivo y por el nivel de
confianza que se ha generado hacia ella. La confianza de una comunidad hacia la
marca es importante para que las acciones de marketing sean más eficaces. Su
misión es crear un “nosotros” para generar más visibilidad y porque existe un
mayor grado de probabilidad que el contenido se viralice a
otras personas, amigos, colegas socios. A través de comentarios videos y
publicaciones.
Simplicidad. Los nuevos consumidores
digitales Millennials y generación Z les gusta la simplicidad por lo tanto haz
de tu marketing algo sencillo, céntrate en lo esencial, elimina largos
formularios y todo aquello que haga compleja la relación con el cliente. Cuanto
más sencilla y rápida sea la interacción mejor será la percepción de la
experiencia para el cliente.
El
engagement está muy relacionado con el marketing de experiencias, su enfoque
está estructurado para organizaciones centradas en el cliente para construir
lealtad y rentabilidad. Cada punto de contacto de la empresa, de la marca con
el consumidor tiene que convertirse en experiencias positivas. Así las marcas
deben concebirse más allá de los atributos funcionales del producto para
convertirse en suma de experiencias.
¡Hasta
pronto!
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